Hoteles en Marruecos

Descubre Marruecos

El mejor momento para viajar a Marruecos depende mucho de lo que busques. Si prefieres buen tiempo pero sin excesivo calor, la primavera (de marzo a mayo) y el otoño (de septiembre a noviembre) son ideales, con temperaturas que oscilan entre los 20 y 25 °C. En estos periodos, también encontrarás menos turistas, lo que facilita visitar lugares emblemáticos como Marrakech o Chefchaouen sin tantas aglomeraciones.

En verano, es mejor dirigirte a las montañas o la costa para escapar del calor del interior que puede superar los 40°C. Festivales de música en Essaouira o celebraciones tradicionales como el Moussem de Tan-Tan ofrecen experiencias únicas.

Para encontrar buenos precios, la temporada baja en invierno es una buena opción, pero recuerda que el frío puede ser intenso en zonas montañosas.

Planificar un viaje a Marruecos con antelación puede marcar una gran diferencia en tu presupuesto. Es ideal reservar los vuelos y hoteles con al menos 3-4 meses de antelación. Si planeas viajar en temporada alta, en primavera o en otoño, es mejor hacer tus reservas con 5-6 meses de antelación para evitar quedarte sin sitio o pagar precios excesivos.

Aquí tienes un consejo que podría interesarte: en ciudades imperiales como Marrakech o Fez, los hoteles suelen ofrecer tarifas más económicas los fines de semana, al contrario que en las zonas turísticas de playa como Agadir, donde los precios suelen subir los fines de semana. Esta peculiaridad puedes aprovecharla para ajustar tu itinerario y ahorrar en tu viaje.

Recuerda que Marruecos ofrece una gran diversidad hotelera. Desde lujosos riads hasta hoteles más modernos, las opciones son variadas. Realizar una reserva flexible te permitirá cambiar tus planes sin costes adicionales, una opción que merece la pena tener en cuenta.

Marruecos es mucho más que desiertos y bazares; es un destino lleno de contrastes que invita a ser explorado. No te puedes perder la visita a la Mezquita Hassan II en Casablanca, una maravilla de la arquitectura islámica. En Marrakech, el zoco es imprescindible, pero también debes visitar los Jardines Majorelle, un remanso de paz en la ciudad.

Las Montañas del Atlas ofrecen rutas de senderismo excepcionales. No todo el mundo llega al desierto del Sáhara, pero si tienes la oportunidad, hazlo; una noche bajo las estrellas en el desierto es una experiencia inolvidable. Si buscas algo menos turístico, la ciudad de Chefchaouen, con sus calles azules, es perfecta para fotógrafos y para quienes buscan una experiencia más tranquila.

Por último, no olvides la costa. Essaouira es encantadora, especialmente si te gusta el surf o simplemente quieres disfrutar del mar sin las aglomeraciones de Agadir.